Sobre esta página

En la presente selección de textos se encuentran bosquejados años de vida, en los cuales lo único que jamás me ha abandonado ha sido la inquietud poética. Las temáticas son variadas, pasando desde problemas hondamente cotidianos, para luego adentrarse en ciertas intuiciones filosóficas que han sido garabateadas en algunos versos. Su participación como lectores es de altísima importancia, puesto que ustedes son, al final de cuentas, quienes me ayudarán a configurar los libros que, a partir de este espacio en la red , proyecto para el futuro.
Bienvenidos
Mauricio Mena Iturriaga

domingo, 19 de junio de 2005

A mi pena.

Y aprendí a tragarme la pena con un buen sorbo de vino, a desinfectarme los rasguños en los ojos con cualquier alcohol regalado. Aprendí a dibujar una sonrisa con el filo de una lágrima, a devastar el mundo con una seca pregunta. No somos más que este cuerpo emergido del dolor. Detrás de estos huesos y este pellejo solo tenemos el miedo. Todas las noches vuelvo a esconderme detrás de este nombre, de esta torpeza al momento de conjugar unas cuantas verdades. Triste como una camisa que jamás ha sido manchada. Solo como un cigarrillo sin lumbre. Exiliado en este deambular la miseria. Débil como la fortaleza de los grandes hombres. Titubeante como el sexo de una monja.
He conocido el desconsuelo. Lo he mirado a los ojos; me ha sonreído largamente. Tengo todo el tiempo del mundo pero el mundo no tiene tiempo para mi. De nada sirve que insista, acá se han cerrado todas las puertas. Ya nadie camina de noche por estas veredas. Pareciera que este mundo esta completamente vacío, pese a que reconozco haber visto a uno que otro recuerdo que insiste en quedarse.
Y aprendí así tantas cosas que a la larga de nada sirvieron, porque sigo acá sentado solo, sin cigarrillos, sin alcohol y sin esperanza. Porque aun sigo acá escribiendo las mismas palabras de siempre, que nada tienen, en absoluto, que ver con este dolor.

No hay comentarios.: