Y entonces advino el relámpago
premonición del verano
hijo prematuro del solsticio de la carne
y de los meses donde las mujeres
muestran los racimos alegres de su hermosura.
Recién caído del sexo de tu madre
lloraste con un sobrecogedor silencio, y entonces
repartido en múltiples esquirlas de canto
fue tu vida un rayo duplicado
punto suspensivo en la prosa de la sangre.
En todas las cosas te encuentro, Gonzalo Rojas
pues todas las cosas hablan en ti
como la eternidad habla
en los brazos de la maldita, esa única y pérfida
explosión de hermosura que todo lo ocupa.
Hoy los espejos narran tu leyenda
el mundo se adentra en la selva de tus ojos taurinos
los ríos del sur detienen su azul caravana
y de hinojos se postran los horizontes
para ver desplegarse el milagro de tu voz.
premonición del verano
hijo prematuro del solsticio de la carne
y de los meses donde las mujeres
muestran los racimos alegres de su hermosura.
Recién caído del sexo de tu madre
lloraste con un sobrecogedor silencio, y entonces
repartido en múltiples esquirlas de canto
fue tu vida un rayo duplicado
punto suspensivo en la prosa de la sangre.
En todas las cosas te encuentro, Gonzalo Rojas
pues todas las cosas hablan en ti
como la eternidad habla
en los brazos de la maldita, esa única y pérfida
explosión de hermosura que todo lo ocupa.
Hoy los espejos narran tu leyenda
el mundo se adentra en la selva de tus ojos taurinos
los ríos del sur detienen su azul caravana
y de hinojos se postran los horizontes
para ver desplegarse el milagro de tu voz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario