Me ha callado la palabra
por haberle faltado el respeto
pero sucede que le temo al silencio
y es por eso que hoy estropeo el blanco
que yace detrás de la tinta con la cual usurpo
esta oportunidad de reivindicarme ante ustedes
las víctimas de la malversación de mi libre discurso.
Es por eso que heme aquí
parado desnudo frente a ustedes
como una palabra sin pasión alguna
rogando sean quienes juzguen si acaso
merece mi delito perdón o si en la condena
he de purgar lo mucho que ha callado conmigo.
En caso de tener una solución alternativa le ruego,
a usted mi lector querido, decida que hacer con esta
canción desesperada; bosquejo de hombre arrepentido.
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