Sobre esta página

En la presente selección de textos se encuentran bosquejados años de vida, en los cuales lo único que jamás me ha abandonado ha sido la inquietud poética. Las temáticas son variadas, pasando desde problemas hondamente cotidianos, para luego adentrarse en ciertas intuiciones filosóficas que han sido garabateadas en algunos versos. Su participación como lectores es de altísima importancia, puesto que ustedes son, al final de cuentas, quienes me ayudarán a configurar los libros que, a partir de este espacio en la red , proyecto para el futuro.
Bienvenidos
Mauricio Mena Iturriaga

jueves, 4 de marzo de 2010

Invocación a Pablo de Rokha


Triste y agreste, fornida de soles,
tu voz es audaz como la primavera.
Al andar, la tierra entera se estremece
y en los extramuros de tus ojos parece
ladrar el perro melancólico del sur.

Habitan en ti todas las galaxias del canto
y tu puño es metralla de historia,
río satisfecho de peces metafísicos,
banquete florido en la copa del beso
donde anida la tormenta de la poesía.

Antes de tí, todo estaba poblado de horrenda belleza
como en un dibujo de Goya o en una marcha de Wagner.
Eres tú el toro emancipado, la oveja más negra de todas,
una dama juana repleta de mundo, la uva madura del verbo.
Hermano del ebrio y el ladrón, amigo de las sombras exiliadas
todo en tí era piedra y trigo.

Invocándote estoy Pablo de Rokha...
desde la esquina de mi abandonada soledad convoco
tu presencia de Dios iracundo, tu majestuosa complexión de niño-roble.
Y es que falta el continente de tu lengua,
hace falta tu risa de tren cansado y jadeante.

Si tu murieras, digo, si volvieras a morir,
enlutarían todas las esquinas y en las tabernas rurales,
esas constelaciones salpicadas de vida, llorarían las guitarras
como si de Dionisio mismo se tratara.

Porque fuiste Nietzsche, Bergson y un racimo de putas maduras
es que, si volvieras a morir, sería necesario reconquistar
la dicha, esa dicha que trae consigo la tristeza.

Como la luz oscura del misterio, existes en todas las cosas
y es por ello que estoy invocándote, Pablo de Rokha,
pues cansado estoy de encontrarte en todas partes,
rey mendigo de una tierra poblada de asombro,
hipopótamo aparecido de pronto
en algún lugar de cuyo nombre
no quiero acordarme.

No hay comentarios.: