Nombrar algo es una forma de matarlo.
La cosa escapa siempre a su nombre,
como de la luz las sombras
o del barco las ratas.
Y puede ocurrir que la cosa no se diga
Y puede ocurrir que la cosa no se diga
más que en la cosa misma
como se dice la muerte
en el mismo morir.
Nombrar algo es una forma de condenarlo
Nombrar algo es una forma de condenarlo
a no ser nunca eso que pretende ser
puesto que la cosa jamás supera
el proyecto de lo que es.
Y puede ocurrir que la cosa no se diga
Y puede ocurrir que la cosa no se diga
porque el decir no es una cosa
sino tan solo un simulacro
de aquello que persigue
destinado a fracasar.
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