Somos seres de paso
escoltas del suceso
sombras amenazadas
por la luz del devenir.
Nuestra condena es
Nuestra condena es
el tiempo inexorable
de la nada agazapada
detrás de lo infinito.
Padecemos la muerte
como eterno fenómeno
que la carne ostenta
en su ejercicio de existir.
Somos aquello que no es
ni siquiera en siéndolo
habitamos una casa vacía
plagada de fantasmas.
Nuestra condena es
la memoria irreverente
de paredes y ventanas
en los ojos del espectro.
Padecemos todo presente
en su eterna negación
y en eso se nos va la vida...
en eso se nos va la vida.
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