Donde quiera que
estés, pequeña Marissa,
de seguro que ha de ser mejor que acá donde dejaste
a tu padre y a tu madre, desdibujados por el llanto
y de seguro que allá, donde te encuentras
-si acaso es posible que te encuentres en alguna parte-
es mejor que lo que mirabas al momento de tu muerte…
de seguro que ha de ser mejor que acá donde dejaste
a tu padre y a tu madre, desdibujados por el llanto
y de seguro que allá, donde te encuentras
-si acaso es posible que te encuentres en alguna parte-
es mejor que lo que mirabas al momento de tu muerte…
Puedo
asegurarte, pequeña Marissa, lo juro
que las trágicas condiciones de tu deceso, si, tú sabes:
veintisiete pulgadas de vidrios y plástico pestilente
la inevitable fuerza de gravedad y la subsecuente caída
tu cuerpecito reventado sangrando bajo las caricaturas
el baile de las chispas y el humo azul de los cables quemados…
En fin, puedo asegurarte, pequeña Marissa,
no en vano fue tu muerte, poética como las muertes de antaño.
Nada tiene que envidiar tu póstumo aliento a los héroes
retratados en las inmortales tragedias homéricas,
y mucho menos hermosa me parece la muerte de Yocasta
cuando pienso que tú moriste mirando, si, con los ojos bien abiertos
colgada a lo sumo a la televisión por cable, y de esto no tengo certeza.
que las trágicas condiciones de tu deceso, si, tú sabes:
veintisiete pulgadas de vidrios y plástico pestilente
la inevitable fuerza de gravedad y la subsecuente caída
tu cuerpecito reventado sangrando bajo las caricaturas
el baile de las chispas y el humo azul de los cables quemados…
En fin, puedo asegurarte, pequeña Marissa,
no en vano fue tu muerte, poética como las muertes de antaño.
Nada tiene que envidiar tu póstumo aliento a los héroes
retratados en las inmortales tragedias homéricas,
y mucho menos hermosa me parece la muerte de Yocasta
cuando pienso que tú moriste mirando, si, con los ojos bien abiertos
colgada a lo sumo a la televisión por cable, y de esto no tengo certeza.
Ruego a Dios,
pequeña Marissa, que termine de pagar
las cuotas
del grotesco televisor que acabó con tu vida, y ahí, o allá,
donde sea que te encuentres ahora, no tengan más que pantallas planas
pequeñas como tu paso por la vida, y lejos del alcance de los niños
o, por último, que allá donde te encuentres –si es posible que te encuentres
en alguna parte- la televisión no sea tu única amiga, nodriza eléctrica,
y no corras peligro por jugar en la calle, con otros niños, como en el pasado.
*Niña de 4 años, aplastada por un televisor de 27 pulgadas el 9 de Mayo del 2013, en Santiago de Chile.
del grotesco televisor que acabó con tu vida, y ahí, o allá,
donde sea que te encuentres ahora, no tengan más que pantallas planas
pequeñas como tu paso por la vida, y lejos del alcance de los niños
o, por último, que allá donde te encuentres –si es posible que te encuentres
en alguna parte- la televisión no sea tu única amiga, nodriza eléctrica,
y no corras peligro por jugar en la calle, con otros niños, como en el pasado.
*Niña de 4 años, aplastada por un televisor de 27 pulgadas el 9 de Mayo del 2013, en Santiago de Chile.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario