Sabré decir adiós. Prometo que lo haré.
Cuando el invierno venga a buscarme,
cuando se me parta la voz en dos
y en el corazón de la palabra
el silencio cierre todas las ventanas.

Me iré con la lluvia. Ya verán que si.
Montado en el trueno me iré lejos
y con el viento lavaré mi llanto
cuando venga a mi un nombre.

Si me extrañan, aunque lo dudo,
sepan que en las noches que la luna no brilla
es porque esta bailando un tango
conmigo, ofreciéndome sus piernas,
emborrachándose a mi lado
mientras hablamos de la vida.

Nunca me dio confianza eso de la luz prestada.