Sobre esta página

En la presente selección de textos se encuentran bosquejados años de vida, en los cuales lo único que jamás me ha abandonado ha sido la inquietud poética. Las temáticas son variadas, pasando desde problemas hondamente cotidianos, para luego adentrarse en ciertas intuiciones filosóficas que han sido garabateadas en algunos versos. Su participación como lectores es de altísima importancia, puesto que ustedes son, al final de cuentas, quienes me ayudarán a configurar los libros que, a partir de este espacio en la red , proyecto para el futuro.
Bienvenidos
Mauricio Mena Iturriaga

sábado, 3 de abril de 2010

Al suceso de una mujer

Ay del impacto de ser,
del hecho de la belleza en sí misma.
Marioneta tendida al capricho,
impuesto del valor de las almas.

Si tú supieras mirar,
si tú supieras construir con la niebla
sería mi orilla tu puerto inevitable,
espejo de los arrebatos.

Porque habito el espacio de tu hazaña,
la materia soluble de tu abrazo
y es que te pienso otra vez
esfinge de verdades imposibles.

Y mi sueño sabe a demagogia,
a discurso suficiente en la geometría del beso.
Cartografía de lo inédito, eres la precariedad
de los límites, espacio del emancipado,
flor de los destierros.

Mi país está edificado sobre lágrimas.
Padezco el paraíso del labriego,
del abrazo en carne selva,
geografía exuberante de un país entredicho.

Y es que estoy hecho de luciérnagas,
de antorchas encendidas al desánimo,
soy el amigo fiel de las vírgenes,
la excusa perfecta del acérrimo.

Mi acervo es de piedras aerófonas,
la voz de mi patria es la del viento,
alfabeto macabro el del grito,
silabario de ausencias que se nombran.

Fui hecho de estas ofertas.
Laberinto del barro en su ausencia,
ejercicio del hombre sobre el instinto,
grito encerrado en la extremidad del ocio.

Porque si me nombraran otra vez,
volvería a dar tu nombre fracturado,
ese perfil de piedra mancillada,
el filo terrible de tu ejercicio mortal.

Y heme aquí denuevo, diciendo el mundo,
construyendo los molinos necesarios,
condición ineludible del sueño.

Y es que me achaca tu ser, la presencia
de tu música íntima, el pretérito
de tus formas alzadas en el beso, tu dolor
de sereno exiliado en las sombras, tu ley
de esquina enferma acreditada en su norte.

Herrumbre del ser, ejercicio del ocio,
abrazo proclive al sueño y al cielo,
cimiento de los engaños, laringe de la época,
refractario y ausente en su dolor de faro.

Porque si volvieras a sentir, si volvieras
a decir el mundo en su declive,
si volvieras a satisfacer el suceso,
en su arbitraria melancolía del éxito…

Te cantaría otra vez, galaxia de los recuerdos,
bombardeo terrible, silencio sepulcral en el estruendo,
arcilla de espantos trabajada en lo hórrido.
Todo bebe de tu juventud de ruinas.
Dios estornuda tu absurdo y sueña tu sueño de sueños.

Perdóname esta persistencia de nombrarte,
la infantil desmesura de mi canto, el recurso de mis miedos.
Y es que todo parece reposar en tu nombre. Las horas
se pueblan del perfume de tus ojos, el tedio huye,
despavorido elimina las distancias de mi aliento
y en su lugar se arrellanan las bestias del asombro.








Amén y perdón.

No hay comentarios.: